No me gusta correr en asfalto , menos aún si son 42 kilómetros, ni por el ritmo ni por las vistas, además es complicado ir charlando y no puedes hacer amigos... Si participo en una prueba así tiene que haber un motivo especial y lo hubo.
M amigo Diego, más conocido por el Tigre del Turia (se ha empeñado en que lo llamemos así), me pidió que si podía acompañarle en el maratón de Valencia (había corrido el medio maratón hacía poquito y quería estrenarse en el doble de distancia), ciudad a la que se había mudado recientemente y como mi hija era le mejor amiga de la suya en el cole antes de marcharse, vi una buena y bonita oportunidad para que volvieran a verse y de paso yo hacía algo de turismo en una ciudad desconocida para mi. También contaba a mi favor que participaría y nos acompañaría nuestro amigo Juanmi.
M amigo Diego, más conocido por el Tigre del Turia (se ha empeñado en que lo llamemos así), me pidió que si podía acompañarle en el maratón de Valencia (había corrido el medio maratón hacía poquito y quería estrenarse en el doble de distancia), ciudad a la que se había mudado recientemente y como mi hija era le mejor amiga de la suya en el cole antes de marcharse, vi una buena y bonita oportunidad para que volvieran a verse y de paso yo hacía algo de turismo en una ciudad desconocida para mi. También contaba a mi favor que participaría y nos acompañaría nuestro amigo Juanmi.
El tigre cuando participó en la media maratón de Valencia. |
Después de los 92 kms de Caravaca, sin ningún objetivo a la vista para finales de año estuve medio vagueando y ni me acordaba de lo del maratón, tanto es así que cuando fui a inscribirme ya no quedaban dorsales (menos mal que el hotel lo reservé con tiempo). Me daba igual lo del dorsal, no iba a anular el viaje y como mi interés por la carrera era la de ser liebre del tigre tampoco me importaba mucho llevarlo.
El sábado previo recogemos temprano a Juanmi que viajaría con nosotros y salimos hacia Valencia, llegando sobre el mediodía. Dejamos la cosas en el hotel y no vamos en busca de la familia Intrigliolo. Besos, abrazos y a comer a un bonito restaurante "La Primitiva" que habían reservado pegado a la albufera, donde pudimos degustar el plato típico de aquí, la Paella, diferente a la murciana pero muy rica también.
El sábado previo recogemos temprano a Juanmi que viajaría con nosotros y salimos hacia Valencia, llegando sobre el mediodía. Dejamos la cosas en el hotel y no vamos en busca de la familia Intrigliolo. Besos, abrazos y a comer a un bonito restaurante "La Primitiva" que habían reservado pegado a la albufera, donde pudimos degustar el plato típico de aquí, la Paella, diferente a la murciana pero muy rica también.
Tras la comida nos tenían preparada otra sorpresa, un paseo en barca para ver el interior de la Albufera.
El paseo estuvo bien, viendo los arrozales, la fauna y flora autóctona y disfrutamos de unas espectaculares vistas. El trayecto iba a ser cortito pero el barquero se vino arriba de lo a gusto que estaba con nosotros y alargó un poquito el viaje pasando a durar cerca de 1h 30’, haciéndose de noche y a pesar de que pasé más frío que pelando rábanos al irse el sol y con la brisilla fresca que hacia, el viaje mereció la pena.
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La Albufera. |
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Bonitas vistas |
Ya de vuelta a casa cenamos algo, los que pudieron (yo aún estaba lleno por la paella) y tras dejar a mi pequeña y a Juanmi que dormían en su casa, nos fuimos al hotel a descansar.
El domingo me levanto muy temprano con unas ganas enormes de ponerme a correr 42 kilómetros, las cosas que se hacen por los amigos... Desayuno algo en la habitación, me visto de faena y dejamos el hotel para ir a casa del tigre donde se quedará Isa y yo recogeré a Juanmi y al felino para irnos hacía la salida con tiempo suficiente de aparcar lo mas cerca posible. Varias vueltas y al final encontramos sitio en la misma calle de la salida pero algo (muy) alejados. Nos acabamos de preparar y vamos tranquilamente paseando hasta que empezamos a escuchar música encontrándonos con el final de los cajones de salida. Cada uno llevamos un color distinto de dorsal que significa que vamos en cajones separados pero Diego comenta de ir todos al mismo y salir juntos. El problema está en que no sabemos si eso se puede hacer e ideamos un sofisticado plan que consiste básicamente en que la voluntaria que controla la entrada nos deje pasar. Nos decidimos por el penúltimo cajón, primero pasa Juanmi que es su color y después lo intenta el tigre que accede también sin problemas (dejaban si el cajón era mas retrasado al tuyo). Ahora me toca a mi pero yo no tengo (no se donde la puse) una pulsera que identifica a los corredores y que parece ser que sin ella no se puede acceder ni a los cajones ni a la zona de llegada, menos mal que somos muy listos (dos del trío tienen un doctorado) e ideamos otro minucioso plan, consistente en que Juanmi me pase la suya por la valla metida dentro de un manguito. Lo hacemos y al acceder la voluntaria me para, uy problemas..., pero no, únicamente me dice que yo por el color del dorsal puedo salir desde otro cajón mas adelantado, se lo agradezco y la digo que no, que prefiero ir en el de los "lentos", uniéndome a mis compañeros y devolviéndole la pulsera a su dueño. Veremos después como gestiono lo de la llegada sin ella.
Mientras estamos esperando unos compatriotas del tigre ( te encuentras italianos en los sitios más insospechados) nos hacen unas bonitas fotos.
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Los tres juntitos, mision cumplida. |
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Esperando nuestro turno dentro del cajón. |
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Con Ignacio. |
Por fin dan la salida y avanzamos todos los corredores muy juntitos los primeros metros. Poco a poco la cosa se va estirando (con perdón) y ya es más fácil correr. Llevamos unos 2 kilómetros y Juanmi me toca el brazo enseñandome una pulsera, mi primer pensamiento es que se va a retirar y que me da la suya, pero no, se la acaba de encontrar en el suelo, me la pongo y respiro tranquilo sabiendo que si no aparece el dueño puedo acceder a la zona de meta sin problema ( 40 kilómetros después comprobaré que no hacía falta la dichosa pulserita).
Vamos los tres juntos con un ritmo entre 4.45" y 5.10", un poco alto creo pensando en mis compañeros, Juanmi comentó que iría a 5'.30" y para el Tigre es su primer maratón , así que voy un poco preocupado por ambos. Son los primeros kilómetros y todos nos sentimos fuertes aunque luego se puede pagar.
Nos acercamos a la zona de la universidad tras pasar por un bonito barrio que Diego comenta que era de pescadores (nos hizo de guía turístico). Los corredores ya vamos bastante separados, seguimos con el mismo ritmo y yo me doy cuenta de que vamos constantemente pasando a corredores comentándoselo a mis compañeros. Por esta parte no hay mucho público y al poco que hay es Diego el que les anima para que nos animen, ya le explico yo que tiene que ser al revés, pero era divertido ver como les voceaba y la gente reaccionaba al instante aplaudiéndonos al pasar y como a este le gusta poco dar la nota...
Los kilómetros siguen pasando, mismo ritmo, misma zancada, calles y edificios parecidos y yo me empiezo a acordar de mis montañas viendo lo diferente que son unas carreras de las otras. Sobre el kilómetro 17 Juanmi decide aflojar y seguir con un ritmo mas tranquilo (un tío inteligente), yo, al lado del tigre que sigue fuerte y no aminora. Pasamos el km.21 en 1h45'58", casi mi mejor marca en una media (6 años hace) y yo que pensaba venir a pasearme...., pero veo que el tigre sigue fresco, de hecho le tengo que regañar y explicar en varias ocasiones que la liebre (yo) tengo que ir por delante y no al revés.
Sobre el kilómetro 25 Diego me comenta que si quiero tirar para delante que lo haga, haciéndome sospechar que ya empieza a pagar el esfuerzo de ir tan rápido en estos primeros kilómetros (por fin), quedándome mas tranquilo. Aprovecho en una zona de avituallamiento donde hay bastante gente animando para coger una botella de agua y rellenar la que yo traía (había salido con ella) teniendo que ponerme a caminar sin perder de vista a Diego que se me está alejando unos metros. Creo que vamos a empezar a ir por el centro de Valencia y como no sé si por allí se podrá parar a hacer pi-pi veo en esta parte un buen sitio y me detengo a evacuar. Acción que me lleva cierto tiempo (cuando manipulo peso me lo tomo con tranquilidad).
Vamos los tres juntos con un ritmo entre 4.45" y 5.10", un poco alto creo pensando en mis compañeros, Juanmi comentó que iría a 5'.30" y para el Tigre es su primer maratón , así que voy un poco preocupado por ambos. Son los primeros kilómetros y todos nos sentimos fuertes aunque luego se puede pagar.
Nos acercamos a la zona de la universidad tras pasar por un bonito barrio que Diego comenta que era de pescadores (nos hizo de guía turístico). Los corredores ya vamos bastante separados, seguimos con el mismo ritmo y yo me doy cuenta de que vamos constantemente pasando a corredores comentándoselo a mis compañeros. Por esta parte no hay mucho público y al poco que hay es Diego el que les anima para que nos animen, ya le explico yo que tiene que ser al revés, pero era divertido ver como les voceaba y la gente reaccionaba al instante aplaudiéndonos al pasar y como a este le gusta poco dar la nota...
Los kilómetros siguen pasando, mismo ritmo, misma zancada, calles y edificios parecidos y yo me empiezo a acordar de mis montañas viendo lo diferente que son unas carreras de las otras. Sobre el kilómetro 17 Juanmi decide aflojar y seguir con un ritmo mas tranquilo (un tío inteligente), yo, al lado del tigre que sigue fuerte y no aminora. Pasamos el km.21 en 1h45'58", casi mi mejor marca en una media (6 años hace) y yo que pensaba venir a pasearme...., pero veo que el tigre sigue fresco, de hecho le tengo que regañar y explicar en varias ocasiones que la liebre (yo) tengo que ir por delante y no al revés.
Sobre el kilómetro 25 Diego me comenta que si quiero tirar para delante que lo haga, haciéndome sospechar que ya empieza a pagar el esfuerzo de ir tan rápido en estos primeros kilómetros (por fin), quedándome mas tranquilo. Aprovecho en una zona de avituallamiento donde hay bastante gente animando para coger una botella de agua y rellenar la que yo traía (había salido con ella) teniendo que ponerme a caminar sin perder de vista a Diego que se me está alejando unos metros. Creo que vamos a empezar a ir por el centro de Valencia y como no sé si por allí se podrá parar a hacer pi-pi veo en esta parte un buen sitio y me detengo a evacuar. Acción que me lleva cierto tiempo (cuando manipulo peso me lo tomo con tranquilidad).
Ya en carrera de nuevo oteo el horizonte para ver si veo al tigre que se me ha escapado, pero de momento no diviso su pelaje, no pasa nada, si es cierto que no va muy bien, tarde o temprano me lo encontraré. Llego al kilómetro 30 en 2h31' ( joer y yo queria ir tranquilo), es una rotonda y aminoro para ver si localizo a Diego ya que sabía que aquí había quedado con un familiar pero no le veo y me extraña. Me entran las dudas.., le habré pasado sin darme cuenta?, se habrá retirado? o no estaba tan mal como yo pensaba y el tío sigue tirando fuerte?, porque yo llevo un buen ritmo (5' km) y no le alcanzo.
Estoy llegando al km.38 donde previamente habíamos quedados con nuestras familias, allí preguntaré si le han visto pasar. Me ve mi niña a lo lejos y sale a mi encuentro. Me detengo a saludar y pregunto si le han visto pasar, si, ha pasado hace un ratito sin pararse y casi sin saludar, ! pero que prisa tiene este tío!??...
Estoy llegando al km.38 donde previamente habíamos quedados con nuestras familias, allí preguntaré si le han visto pasar. Me ve mi niña a lo lejos y sale a mi encuentro. Me detengo a saludar y pregunto si le han visto pasar, si, ha pasado hace un ratito sin pararse y casi sin saludar, ! pero que prisa tiene este tío!??...
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Diego en el km.38 |
Llego a una carretera que va paralela al antiguo cauce del Turia con mucha gente a los lados animando. Sigo con mi rimo tranquilo fijándome bien en los corredores por si veo al tigre, al fondo ya se ve la Ciudad de las Artes y Ciencias donde se encuentra la meta. Ahora que estoy liberado de mi labor de liebre aflojo aún más, estando algo cansado de tanto asfalto. Hasta el km.39 prácticamente no he parado de adelantar a corredores y ahora me están pasando muchos a mi pero no me preocupa, solo quiero llegar.
Un giro cuesta abajo a la izquierda y me acerco por fin al recinto de llegada y cuando voy por encima del agua a escasos 50 metros de la meta me pongo a caminar para disfrutar de una bonita entrada en 3h41'55" según mi gps., que para no querer correrla no es mal tiempo y yo que pensaba que tardaríamos sobre las 4 horas y pico...
Un giro cuesta abajo a la izquierda y me acerco por fin al recinto de llegada y cuando voy por encima del agua a escasos 50 metros de la meta me pongo a caminar para disfrutar de una bonita entrada en 3h41'55" según mi gps., que para no querer correrla no es mal tiempo y yo que pensaba que tardaríamos sobre las 4 horas y pico...
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La llegada de el Tigre del Turia. |
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El bonito recinto de llegada. |
Nada mas llegar me envuelven en papel de regalo y me dirijo a la salida. Paso por un control donde dan la medalla de finisher y tras piropear a una simpática voluntaria con unos ojos muy bonitos (me obsequió con un plátano después) salgo del recinto dirigiéndome al punto de encuentro acordado previamente con mis compañeros, imaginando que el tigre estaría ya ahí descansando.
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Reponiendo hidratos vestido de fiesta. |
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Envueltos para regalo. |
Efectivamente, ahí estaba ya el Tigre del Turia con esa sonrisita suya saludándome envuelto también con el traje espacial. Le felicito por su gran carrera a pesar del poco tiempo que lleva corriendo, 3h34' en su primer maratón (a ver quién le aguanta ahora que ha llegado el primero) y juntos nos sentamos a esperar a Juanmi que llegó un rato después haciendo mejor marca que en su anterior y primer maratón.
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La compañía lo mejor. |
De camino al coche me fijo en Diego que va extrañamente callado y veo por su cara que no está bien, imaginandome lo que le pasa ( uno que tiene experiencia en esto). Le pregunto y efectivamente no se encuentra bien estando un poco angustiado. Le tranquilizo diciéndole que esa sensación la he tenido yo muchas veces en carreras y que se le pasará, una veces tarda más y otras menos pero seguro que se le pasará. De momento nos dice que nos detengamos un momento a ver si se recupera y se tumba en una acera debajo justo de una papelera donde al poco tiempo un trabajador del servicio de limpiezas nos pide amablemente que si podemos mover al "sujeto" porque tiene que vaciarla, a lo que Juanmi, jugandose su puesto de trabajo (Diego es su jefe) le dice que no se preocupe si le da con ella, así acaba de rematarle.
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Menos mal que no hizo falta hacerle el boca a boca. |
Al poquito tiempo y tal como le advertí, su malestar desaparece milagrosamente y se vuelve a encontrar perfectamente reanudando el camino hacia el coche que según creo yo nos lo movieron de sitio porque estaba mucho mas lejos que a la ida.
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Juanmi, que se empeño en mover el semáforo. |
De camino a casa Diego encarga unas pizzas a otro paisano suyo y una vez duchados disfrutamos de una agradable comida comentando nuestras respectivas carreras y planeando cuando y donde podremos repetir, veremos que se decide.
La vuelta a Murcia tranquila y yo feliz por el bonito fin de semana vivido en Valencia y que repetiría sin duda a pesar de que estas no son mis carreras favoritas.
La vuelta a Murcia tranquila y yo feliz por el bonito fin de semana vivido en Valencia y que repetiría sin duda a pesar de que estas no son mis carreras favoritas.