El pasado sábado participé en mi 4ª ultra. Un
recorrido de 97,5 km., con desnivel + de 4.550 mts. en el Parque Natural de
Sierra Nevada.
Sin duda ha sido mi mejor carrera, la más
bonita y en la que más he disfrutado. Y a pesar de su longitud y desnivel, y
aunque peque de chulito (recordad que soy madrileño), no se me ha hecho ni dura
(excepto un tramo en el km.60) ni larga (excepto los 7 últimos kilómetros). Llegaba muy bien entrenado y en perfecto
estado físico (el mental sigue fatal) y con el objetivo de, aparte de
disfrutar de la carrera, hacer entre 15 - 17 horas, objetivos que cumplí. Sólo
hay una cosa que no me gustó, casi he dejado de ver una carrera de 100 km., como un
reto, ya me parecen hasta fáciles (¿he dicho que soy de Madrid?), de hecho, días
antes de la prueba mi única preocupación era el color de la camiseta que
llevaría. Espero que esto no me lleve a buscar "complicados¨ nuevos retos, que me conozco.
Dos días antes de la carrera contacté vía
Facebook con Fran, corredor también de Murcia para realizar el viaje juntos. El
viernes por la tarde me recogió, nos presentamos y partimos hacia
Abrucena. Al llegar fuimos a por los dorsales y aprovechamos también para
pasar el control de material (nos extrañó que se pudiese hacer el día antes de
la carrera). Estuvimos un rato en la charla técnica y después Fran me acercó al
pueblo de al lado donde yo iba a pernoctar, él en principio iba a dormir en un
lugar habilitado por la organización, pero al final como mi alojamiento estaba
bastante bien acabamos durmiendo juntos, no seáis mal pensados que no pasó nada
(a mi me dolía la cabeza).
A las 4 a.m., arriba, algo de desayuno y tras
vestirnos para la ocasión nos dirigimos a la salida.
Con Fran momentos antes de la salida.
6.00 A.M. Con el frontal
encendido y el chubasquero puesto salimos del pueblo ascendiendo por una
carretera. A unos 2 o 3 kilómetros nos desviamos para tomar un camino de tierra
y atravesamos el primer riachuelo. Una fina lluvia empieza a aparecer al igual
que algo de viento. Voy con un ritmo tranquilo, sé bien que hay que tomárselo
con calma porque queda mucha carrera, además, hasta el kilómetro 40 es todo
subida. Ahora vamos por pista, la lluvia y el viento siguen, aunque no van a
más. Comparto un tramo con Fran que me había alcanzado, pero poco a poco el se
va yendo y ya solo, veo como amanece. La lluvia hacía rato que había parado y no volvió a aparecer en
toda la carrera.
Km.10, km.20, km.30...,
pasan sin apenas darme cuenta. Antes del 30 coincido con un corredor, Antonio,
comenzamos a hablar y resulta que es del mismo pueblo que unos hermanos amigos
míos también corredores, “las carreras son un pañuelo”. Alternamos andar con
correr y vamos charlando, él es el encargado del catering de esta carrera,
conoce a los de la organización y le “engañaron” para que se apuntase a esta
ultra, antes sólo había corrido una de 20km., y ahí estoy yo, dándole algunos
consejos (espero que no me hiciera mucho caso). Mi ritmo es un poquito más
alegre y un par de kilómetros antes del 40 le dejo atrás.
Llego al Puerto de la
Ragua (km.40). El tiempo se me ha pasado volando, mejor dicho corriendo,
prácticamente ni me he enterado. Aquí dejé una mochila y decido cambiarme de
ropa, ya que iba algo mojado, bueno y
porque soy muy coqueto. Aunque el "catering" tiene muy buena pinta,
prefiero tomar únicamente recoverx, recargo bidones y cuando me dispongo a
salir llega Antonio. Foto con él y me marcho.
Con Antonio en La Ragua (km.40)
La carrera está hecha. Sé
con seguridad que voy a llegar a meta.
Siempre en algún punto de
una carrera tan larga como esta he tenido esa sensación o esa certeza. En otras
ocasiones me ha pasado en el km.78 o en el 60, pero en esta ha sido en el 40.
He llegado prácticamente sin desgaste, quedan casi 60km pero gran parte de
ellos son cuesta abajo y voy bien físicamente, pero lo más importante es que
voy muy bien mentalmente.
Ahora corro por un sendero
pegado a un riachuelo que se cruza en varias ocasiones, esta zona, como
no, también es muy bonita. En el 43 más
o menos me alcanza un grupo de cuatro corredores, veo que su ritmo es parejo al
mío y me uno a ellos. Aunque el perfil
dice que es todo cuesta abajo hasta el 61, no nos libramos de alguna subidilla
que se las trae. El grupito formado es majo e “internacional”, un andaluz, un
chileno, uno de Jumilla (de estos no sé el nombre), Johan sueco y yo madrileño. Charlamos, alguna bromilla..., no nos conocemos de nada pero como suele
pasar entre corredores de montaña el buen rollo ahí está y reconozco que la
compañía me hace más amena la carrera.
Pero el buen rollo para mí
se acaba en el km.61(+-). Aquí comienza una dura subida y mis compañeros poco a
poco se van alejando. Lo estoy pasando mal, a pesar de llevar bastones me
cuesta muchísimo subir y mis fuerzas cada vez van a menos. Pasito a pasito voy
subiendo y me viene a la mente el GTP que quiero correr el año que viene,
viendo claramente que no lo podré hacer a no ser que cambien mucho las cosas, si en esta cuestecita estoy asi...
Sigo subifriendo, como
dure mucho mas la subida me tienen que venir a buscar el Samur o el C.S.I. La
cosa empieza a suavizar y por fin salgo a una pista donde está el
avituallamiento del km.62. Veo que mis ex–compañeros salen justo cuando yo
llego, le digo a Johan que se vaya que
ya le cojo luego (claramente le mentí sabiendo cómo me encontraba en ese
momento). Recargo bidones con agua y Tricarb y salgo caminando por una ancha
pista. Me obligo a combinar trotar con andar aprovechando que el terreno es sin desnivel. Poco a poco noto como las
fuerzas me vuelven y cuando se deja la
pista para tomar una bajada por senda entre árboles me pongo a correr con normalidad.
Llego al control del
km.70. Aquí hay comida sólida y raro en mi me apetece comer, así que me siento
unos minutos y tomo algo de arroz. En esta carrera es sin duda donde más he
comido y bebido (y eso que no tenían cervezas). Me confirman que quedan 9
kilómetros (al final serían 11) de subida hasta el siguiente avituallamiento
que está en lo alto de La Polarda, me despido de los voluntarios agradeciendo
su atención y salgo trotando. Voy bastante bien, la subida es “cómoda” toda por
pista y corro todo lo que sea más o menos llano o con suave desnivel. No tengo
ni idea del tiempo que llevo corriendo, ni de la hora que es, ya que no puse
pilas nuevas a mi GPS y este dejó de funcionar sobre el km.20, haciendo de
indio calculo por la situación del sol que deben de ser entre las 18 y 19
horas. Aún es de día y fantaseo con la idea de realizar lo que queda de carrera
o por lo menos llegar hasta la última bajada sin necesidad de volver a usar el
frontal.
Sigo igual, caminando
cuando hay más desnivel y corriendo el resto. Va pasando el tiempo, alterno pista con camino, con sendero, cruzo cortafuegos, otra vez pista..., mientras, el sol se
va apagando y el avituallamiento no aparece. De pronto el camino cambia y se pone
cuesta abajo,! uy qué raro!, sé que los últimos 15 kilómetros son todos de bajada y empiezo a sospechar que ya estoy en
el tramo final (aún es de día) y que en el 80 al final no han puesto avituallamiento.
Indicación a la izquierda y se comienza a bajar por senda hasta que vuelvo a
salir otra vez a una pista, ahora si
estoy casi seguro de que estoy en la parte final. Ya prácticamente ha
anochecido pero aún hay claridad suficiente para correr sin problemas no usando
el frontal A lo lejos diviso la luz roja de un corredor, lentamente me voy
acercando a él hasta que me pongo a su altura, su figura me suena. Vaya, al
final no mentí, es Johan. Él tampoco sabe por donde estamos, cree que no hemos
llegado aún al 80 pero a mí me extraña. Me comenta que tiene algún problemilla
de piernas solo cuando es cuesta arriba que le obliga a caminar. La oscuridad
ya llegó del todo y el frontal se hace necesario. Al rato empiezo a
escuchar música y al fondo se ven luces,
por fin hemos llegado. ¿Pero llegado adónde?
Mientras relleno un bidón
le pregunto al voluntario y me confirma que es el kilómetro 82 y que hasta el
km.90 es todo bajada por sendero. Pues nada, a seguir, además cada vez me estoy
encontrando mejor. La bajada no es nada técnica y se puede hacer corriendo
aunque con algo de cuidado al ir con luz artificial, Johan va detrás pegado a mí y hablamos lo justito.
Tras una larga bajada llegamos al último avituallamiento a la par con otros dos
corredores. Nos confirman que no quedan 5.5 km, sino 7,5 km, parece ser que han
ampliado el recorrido y lo que queda ya es todo por pista. Me termino un
plátano y salimos en busca de esos últimos kilómetros. A Johan le sigue
costando correr cuando hay desnivel y lo hacemos caminando por muy pequeño que
sea. Las luces del pueblo ya se ven a lo lejos pero en vez de ir en su
dirección nos vamos alejando. Me encuentro fuerte y empiezo a tirar, mi
compañero se va quedando, sé que no queda mucho y tengo ganas de llegar. Es con
diferencia la parte de la carrera en la que más rápido voy, algo habitual en
mí, pero cada vez me voy alejando más de las luces. En un tramo no veo marcas y
dudo de si me he equivocado en alguna parte del camino. El pueblo ya no se ve,
una especie de ladera lo oculta, solo veo algunas luces a lo lejos que no sé si
son de casas o de otros corredores. Creo que estoy bordeando algo, bajo por una
pista que parece que no lleva a ningún sitio, bueno si, me lleva a un río que
hay que cruzar, miro y remiro hasta que al otro lado veo una cinta blanca atada de la
organización y me quedo más tranquilo. Cruzo el río y empiezo a subir por una
carretera, se me están haciendo largos estos últimos kilómetros e incremento el
ritmo. La carretera va bordeando una gran pared (la ladera que veía desde el
otro lado) que oculta el pueblo, a mi derecha
oscuridad e intuyo que en lo profundo va el río que acabo de cruzar y al
otro lado veo luces de algún corredor. Ni idea de cuanto queda aún, no hay ni
coches, ni luces, ni nada.
De pronto la carretera
gira a la izquierda y ahí mismo aparece el pueblo, entrando a él justo por la
parte en donde está situada la meta. Aplausos de unos señores sentados en un
bar que me indican la dirección correcta, mas aplausos de gente sentada en otro
bar pegado a la llegada y por fin entro en meta. Saludo a Fran que llevaba hora
y pico esperándome y mientras estoy recogiendo mi medalla y mi camiseta aparece Johan felicitándonos.
Con Johan tras finalizar la carrera
1' 46'' después de llegar a meta
Felicidades a la organización por tan bonita carrera, con un recorrido increíble y agradezco a los voluntarios su atención.
Mi enhorabuena a todos los compañeros que completaron la carrera y a los que lo intentaron.
He vivido otra
experiencia inolvidable, me he sentido libre durante más de 16 horas en un
entorno precioso y encima he hecho nuevos amigos, ¿cómo no me va a gustar
correr ultras?.
Finisher.
16h42’01’’, posición 71 general y 20 de mi categoría.
Dedicada a mis hijos
Daniel y Claudia.
Y a mi mujer Isa.
Y a mi mujer Isa.
Daniel, te estás haciendo un buen lobo estepario si hasta las ultras te parecen cortas, carrera perfecta, a este paso ese GTP largo te lo comes con papas al año que viene. Felicidades
ResponderEliminarGracia Miguel. Esperemos que el lobo no me coma a mi en el GTP.
EliminarMe la apunto en mi calendario amigo Daniel, por todo lo que cuentas de ella y por estar cerca de mi casa, vamos mi familia.
ResponderEliminarMuchas felicidades por conseguir otro reto de altura.
Gracias A.R. Sin duda te gustará, apuntatela y ves.
EliminarYo hize la corta y disfruté también mucho, muy chula la crónica.
ResponderEliminarGracias Jordi por pasarte por aquí. El año que viene haz la larga, disfrutarás "el doble".
EliminarYa vas asimilando el espíritu CxC... Ya comes en los avituallamientos...
ResponderEliminarEres un crack, yendo siempre de menos a más. Así es como quedan buenos recuerdos y magníficas sensaciones de una carrera, tenga la distancia que tenga y, encima, tú tienes las fuerzas suficientes para correr más y más rápido al final. ¡Que tiemblen los "pro"!
Quique
Aún me queda para ponerme a vuestra altura. Y estoy contigo, prefiero terminar las carreras así, además me sale sin quererlo lo de ser "reservón" ,es lo que tenemos los "pros".
EliminarUn abrazo Quique.
Ya eres un ultra a todos los efectos, el concepto de distancia ha cambiado enormemente, y sobre todo la experiencia, esa que te hace gestionar de manera excepcional este tipo de carreras, mejor acabar con esa sensación de haber podido dar mas. me alegra que sigas tan bien como siempre,
ResponderEliminarun fuerte abrazo socio.
P.D. Que buenos recuerdo me trae la foto de cabecera, que buena salida nos marcamos ese dia :-)
Muchas gracias Javi y otro abrazo para ti.
Eliminarp.d. Cuando quieras repetirmos lo de la foto
Vaya tela Daniel....cuatro ultras. Estas hecho n máquina. Me alegro mucho tío....un abrazo.
ResponderEliminarY las que me quedan.... Gracias Antonio, un abrazo.
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