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sábado, 1 de julio de 2017

GRAN TRAIL DE PEÑALARA - 116KM - 5.100 D+


Me da un poco de vergüenza reconocer que siendo madrileño nunca había pisado esta bonita Sierra, bueno, a excepción de un par de veces que subí a esquiar a Cotos hace unos 25 años. Había oído mucho hablar de esta prueba y la verdad es que tenía ganas de hacerla, de hecho he estado inscrito los 3 últimos años aunque al final había acabado anulando para irme a Andorra (Ultra Mitic). Este año por fin podría participar (me quedé sin plazas en la Ronda del Cims).
Sobre la carrera he de decir que me ha gustado mucho, no es la más bonita en la que he estado pero tiene algo especial. Además es el tipo de carrera que a mí me va, subidas largas y llevaderas sin mucha inclinación, bajadas poco complicadas en las que se puede correr y mucha zona corrible en general. A esto se añade que está muy bien organizada, balizada y con unos atentos, dispuestos y simpáticos voluntarios/as. 
En cuanto al resultado, no cumplí con el segundo de los objetivos; bajar de 24 horas. El primero era simplemente llegar, que llegué, aunque reconozco que influyó algo la suerte, ya que si Rascafría hubiera estado en el km.50 en vez de en el 54 seguramente hubiera abandonado. 

El mismo día de la carrera salgo temprano de Murcia en tren, llego a la hora de comer a mi casa de Madrid y tras una pequeña mini siesta preparo las cosas y parto hacía Navacerrada llegando sobre las 19 horas aparcando muy cerca de donde está la recogida de dorsales.
Me preparo un sándwich y me acerco al Polideportivo donde nada más entrar me encuentro con Depa (famoso speaker, entrenador y corredor) que se acuerda de mi tras la "original" entrada a meta que hice en Mentiras Vertical, donde él también ejercía de speaker. Charlo un ratito con él, nos hacemos una foto (él insistió) y me acerco a por el dorsal.
Con Depa. Insistió y yo no sé decir no.
Cuando estoy en ello me llaman por detrás, ¡¡Ostras, si es Quique, que alegría!! , me acerco a saludarle y me presenta al resto de los miembros (con perdón) del club "Corriendo por el campo" que van a participar en la carrera, Antonio, Jose Luis y Manu al que conozco desde hace tiempo pero que hasta ese día no habíamos tenido contacto físico. Charlamos un rato, nos hacemos unas fotos y antes de despedirnos hasta la hora de la salida Quique me sorprende haciéndome entrega de una flamante chaqueta del Club (que detalle, tanto pódium ha tenido su recompensa).
Con el resto de miembros(c.p.) de CxC y muy bien acompañados, por cierto.

Correr no correremos pero a postureo no nos gana nadie.
Aún queda bastante para la salida así que hago tiempo dándome una vuelta por el pueblo y viendo la salida del Cross Nocturno, la primera de las 3 pruebas del fin de semana. Vuelvo al coche, preparo la mochila que dejaré en Rascafría (km.54) y me acerco de nuevo al Polideportivo a dejarla, encontrándome a Iván Palero otro amiguete de Ciudad Real que ha venido a seguir y asistir a las chicas de TrailManchegas.
22:30, me pongo guapo y voy a encontrarme con la salida (con perdón) sentándome junto a ella a esperar que abran el corralito al que entro sobre las 23:15, coincidiendo con un amigo que ha venido desde Andalucía, Alfonso, quién está algo cabreado porque no le dejan correr con sus "chanclas". Paso el control de material (manta térmica y pilas de recambio), busco sin éxito a mis compañeros de CxC  y a las 23:30 todo el mundo a correr.

Esperando a la salida (con perdón).

Salida del GTP
Buena temperatura y buen ambiente;  solo me preocupaba una cosa, mi rodilla derecha. Los últimos días había hecho rodajes suaves de 5 kms y me molestaba bastante, con dolor cuando se enfriaba. Aún no estaba del todo recuperada y dudaba de si aguantaría los 115 kms.

Salgo a buen ritmo y tras dejar el asfalto del pueblo empezamos a subir por una corrible y ancha pista. Corro todo hasta que el desnivel se acentúa y comenzamos a subir por un sendero a la Maliciosa que corono sin demasiados problemas y con buenas sensaciones. La temperatura sigue siendo buena aunque subiendo hacia algo de aire y pasé un pelín de frío al ir en manga corta. La bajada es bastante técnica al principio con bastantes piedras y al dolor de rodilla que llevo desde el km.5 se le añade otro en la planta del pié izquierdo y talón, el pisar tanta piedra no le va nada bien a mi fascitis. Empezamos a bajar por zona boscosa, la zona se adivina bonita a pesar de la oscuridad. Vamos por un sendero rodeado de árboles, mi ritmo sigue siendo bueno pero el dolor que llevo en pié y rodilla es casi insoportable, hay momentos en los que casi deseo tropezarme o torcerme un tobillo para así obligarme a abandonar. Llegamos al avituallamiento en Canto Cochino, paró lo justo para rellenar agua e inicio la corta subida a La Pedriza sin mayor complicación. Otra bajada con alguna que otra piedra y comienzo la subida al Puerto de la Morcuera. Es una subida larga pero sin dificultad, mi ritmo andando también es bueno pero sigo con mis problemas teniendo la sensación de que en cualquier momento la rodilla se va a bloquear o doblar. La noche se me está haciendo muy larga e incluso me entra algo de sueño.
Llevo un rato dándole vueltas..., los dolores que llevo no se van, no me dejan disfrutar nada de la carrera y no pienso estar otras 20 horas mas así,  por lo que tomo la decisión de abandonar. Aguantaré hasta Rascafría km.54 desde donde me pueden llevar a meta en autobús y así aprovecho también para recoger la mochila que dejé allí.
Durante la subida y casi coronando amanece y el sol ilumina esta bonita zona, aunque yo lo sigo viendo  todo igual de negro.
Aquí no estaba yo para muchas fotos. Que negro lo veía.
Justo llegando arriba me llevo una sorpresa al volver a encontrarme con Iván Palero que está esperando a sus "chicas", nos saludamos, pregunto por los ceporceses  y comienzo la bajada. Un tramo de camino, otro de carretera  y llego al siguiente avituallamiento que este año parece ser que lo habían puesto más abajo. En esta parte comienzan a aparecer los corredores de la prueba de 60km con los que compartiremos carrera hasta Peñalara.
Llevo 8 horas justas de carrera y aún no he tomado nada sólido, solo agua y me siento bien. He decidido comer únicamente cuando tenga hambre, lo mismo que hago cuando no corro ya que tengo comprobado que forzar al cuerpo a ir comiendo sin ganas me provoca cierre de estómago y náuseas.
Me siento un rato a descansar y escucho que llaman a los retirados para evacuarlos en bus, me lo pienso unos segundos, pero no, tengo que llegar a Rascafría. Cuando salgo me encuentro otra vez con Alfonso, me comenta que en esta carrera se corre mucho, algo que a él no le va demasiado, prefiere terreno más "técnico" y no va cómodo sin su calzado favorito. Quedan 14 kms para Rascafría y es todo cuesta abajo, vamos por una ancha pista y me pongo a correr dejando atrás al compañero andaluz. Voy coincidiendo con los mismos corredores desde hace varios kilómetros, nos pasamos y nos volvemos a alcanzar saludándonos. El terreno sigue siendo bastante fácil y lo corro prácticamente todo hasta llegar a zona habitada. Aquí un voluntario nos indica por donde seguir y cogemos un carril bici paralelo a la carretera que va pegado a un parque. Coincido con una simpática corredora haciendo esta última parte juntos. Voy entretenido hablando con ella y de pronto noto algo, o mejor dicho no lo noto..., el dolor de rodilla y  pié han desaparecido misteriosa o milagrosamente, ¡no me lo creo! , lo que cambia la cosa.... 
Se nos une otro corredor y juntos  llegamos al avituallamiento de Rascafria situado en un Polideportivo al final de una larga cuesta asfaltada. Y lo mejor, llego sin dolores y con bastante hambre.
La zona de descanso está muy animada, con corredores de las dos pruebas, familiares y voluntarios. Recojo mi mochila, me siento cómodamente en la hierba a la sombra y degusto un sabroso sándwich de jamón y queso con una lata de fanta naranja que había dejado previamente en la mochila, mi primera comida en 10 horas de carrera.
Animado avituallamiento en Rascafria.
Sigue animado.

No estoy rezando, solo medito.
 Ahora la situación ha cambiado por completo, no pienso abandonar y tras comer e hidratarme debidamente, me cambio por completo de ropa y salgo en busca del Puerto de Reventón y Peñalara con fuerzas renovadas y  una botella de agua con gas que me va muy bien para evitar problemas digestivos. 
El nombre de Reventón da miedo pero voy comprobando que no es para tanto ya que la subida se hace por una cómoda pista sin gran inclinación, eso sí, es  muy muy larga y lo mejor es que está nublado y no hace (para mí) calor. Sin ninguna dificultad paso el puerto y campo a través me acerco al techo de carrera, Peñalara, donde justo cuando voy a iniciar la primera de las subidas veo en sentido contrario a unos senderistas y entre ellos a mi hermano Luis, al que tengo tantas cosas que agradecer, sobre todo en relación con mi hijo Daniel y el culpable de que yo haga este tipo de carreras al recomendarme un libro hace 5 años (Born to Run). Me hago una foto con él y nos despedimos esperando volver a encontrarle en la bajada a la Granja.
Mi hermano Luis.
Subiendo a Peñalara.


En Claveles haciendo un poco el cabra.


Volviendo y a punto de coger la bajada hacia la Granja.
Al Pico del fondo había que llegar.

Se iba y se volvía por el mismo sitio cruzándonos los corredores.
No conozco Peñalara y pienso que únicamente hay que subir una pared que se ve al lado de una laguna, pero no, después de esa pared hay otra y después un cresteo por grandes rocas de granito (Claveles) hasta llegar por fin al control en la cima, cresteo que se me da bastante bien saltando de piedra en piedra ( yo es que soy un cabra loca). Las subidas son algo técnicas con el añadido de que nos vamos cruzando corredores, unos van y otros vuelven coincidiendo en algún punto complicado. Una vez abajo y pasada la laguna, por camino más fácil,  iniciamos la larga y bonita bajada en dirección a la Granja. 
Corro, primero por sendero y después por pista entrando en el bonito bosque de Valsain donde el cansancio y algo de sueño me hacen ver cosas "raras" que mejor no las cuento porque íbais a creer que iba fumao.  Paro en una fuente para refrescarme y despejarme y prosigo mi camino por pista y después por carretera hasta llegar al completo y animado avituallamiento en la Granja km.81 justo a las 5 de la tarde.
Mi llegada a la Granja. Yo soy el de azul, el de la camisteta azul.
Aquí me tomo mi tiempo. Llego con hambre (7 horas sin comer desde la Rascafria), cojo un mini bocadillo de jamón con tomate y un tupper que tienen con ensalada de pasta y me siento tranquilamente a la sombra a comerlo. Me hidrato, relleno los bidones con agua fresquita y salgo en busca de la última parte de la carrera. 
Salimos de la Granja y empezamos a subir por la ribera del río Eresma con muchísima gente pasando el día por allí. El terreno es fácil y ligeramente en ascenso. Voy bien y aunque estoy para correr, la mayor parte la hago caminando a muy buen ritmo, prefiero reservar fuerzas ya que me han dicho que la subida a la Fuenfría es bastante dura. Nos vamos cruzando con mucha gente que te saludan y animan haciendo más ameno el recorrido. Cruzo el río saliendo a una carretera y en poco tiempo llego al avituallamiento de la Casa de la Pesca km.93. Bromeo un poco con las voluntarias, relleno bidones y sin entretenerme mucho continúo. Ahora la subida es algo más fuerte pero fácil por carretera. Alcanzo a un chaval, madrileño como yo y emigrante en Barcelona con el que voy charlando. Dejamos la carretera y comenzamos ahora si los tramos más duros. Por detrás se nos han unido varios corredores haciendo el trayecto más entretenido, llegando todos a la vez al final de esta corta pero fuerte subida.
Bueno, ya solo quedan unos 15 kilómetros y  me duele todo el cuerpo en general , lo normal, o sea que voy bien. El tramo hasta el Puerto de Navacerrada, unos 6 kilómetros, es bastante fácil en ligero ascenso que hago casi corriendo (quiero reservarme para la última bajada). Se me hace un pelín largo pero por fin empiezo a ver al fondo las luces del parking. Cruzo unas abandonadas pistas de esquí  y llego al último avituallamiento justo cuando está oscureciendo.
Aquí me llevo una sorpresa no muy buena ya que me encuentro a Quique vestido de calle junto a Antonio y me comenta que han abandonado ellos y Jose Luis, quedando solo en carrera Manu y yo. Quique me asiste e indica como es la parte que falta y salgo de allí con bastantes ánimos de mis compañeros para hacer los últimos 9 kilómetros. 
Enciendo frontal y tras una parte más o menos llana en frente y al otro lado del avituallamiento comienzo la bajada a meta. Desde hace bastantes kilómetros llevo como un escozor en la planta de los pies que se acentúa cuando tengo que bajar (al llegar a meta me enteré que eran ampollas, mis primeras ampollas en una carrera) sobre todo si es por un sendero con muchas piedras como es el caso. Voy casi corriendo, no quiero ir más rápido por temor a caerme por culpa de las numerosas piedras que hay y estropear el final. Me han dicho que esto durará unos 4 kilómetros y que después será un terreno bastante mejor hasta meta. Se me está haciendo muy largo y más aún con las ampollas dando por....ahí. El terreno empieza a suavizarse y por fin llego a la parte "cómoda". 
Aprieto. Todos los dolores han desaparecido. Sigo apretando y empiezo a adelantar corredores que van caminando. Me siento ligero, con fuerzas y sigo apretando. Quedan apenas 4 kilómetros para llegar, llevo ya 111 y voy a ritmos que ni entrenando. Llego al asfalto de Navacerrada, un voluntario me indica por donde ir y adelanto al último corredor, 12 en total. Empiezo a callejear y sigo con el mismo ritmo, como si estuviera en un 10.000, hay bastante gente en las calles y todos animan al pasar. Me salto un desvío, un coche me pita avisándome y una pareja que está paseando me indica el camino correcto (que majos). Ya no queda nada, dos giros a la izquierda y enfilo hacia meta entre los ánimos y aplausos de la gente que está allí. 
Freno y entro caminando y disfrutando de estos últimos metros.
Seguro que volveré.

Disfrutando de la llegada.

Contento y feliz. 24h37'59". Posición 270 de 510.

Si, lo se, ya me han dicho que parece una pelota en vez de un corazón.
A mis hijos, familia y amigos de la infancia.

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