Basílica de Caravaca de la Cruz- Catedral de Murcia ( 93kms ) |
No era nada solidario ni ningún reto de estos que se han puesto ahora de moda al haber suspendido prácticamente todas las carreras este año. Me gusta correr y cada cierto tiempo echo de menos vivir las sensaciones que me dan el correr durante muchos kilómetros y varias horas. Por esto lo he hecho.
En febrero hice la Transilicitana y tras decidir no ir a última hora a la PT281, donde iba a ser mi segunda participación, empecé a buscar alguna alternativa que no estuviese muy lejos de casa. Tuve la oportunidad de poder acompañar a Jesús Molina y Manuel Najas en la Gran Ruta de los Primeros Pobladores, un recorrido de 145 kms muy interesantes en Huescar (Granada), pero entre el calor que aún hacía en septiembre y que estos dos son unos mákinas y seguro que les retrasaba, preferí seguir buscando otra cosa.
Y se me ocurrió. Iría de Caravaca de la Cruz a Murcia, un recorrido que conozco bastante bien debido a que he participado en dos ocasiones en los 90k Camino de Caravaca. La única diferencia es que yo lo haría en sentido contrario, finalizando en la bonita Catedral de Murcia.
Lo iba a hacer en solitario pero mi ex discípulo Diego, un buen amigo con el que ya he compartido un par de ultras, me comentó de acompañarme y me pareció bien (a un siciliano no se le puede decir no, a nada). Más adelante, otro buen amigo de Ciudad Real, Miguel, perteneciente a mi club de adopción Corriendo por el Campo, con el que compartí muuuchos kilómetros el año pasado en la PT281, me dijo que también se apuntaba a la aventura, con lo que podría hacer mi segundo trío este año. Iría muy bien acompañado, esto sería el lado bueno. El malo?, que tenía claro que no iba a ir tan tranquilo como tenía planeado.
Miguel llegó por la tarde a Murcia y me lo llevé a conocer esta bonita ciudad y a tomar algo a un sitio típico, quedando encantado con lo que vio, incluyendo a las murcianas ( esto no lo lee Mónica, no Miguel?). Diego llegó más tarde a mi casa, les presenté a los dos y nos fuimos a dormir.
5.30 a.m., me levanto a desayunar y voy a buscar a Miguel que había dormido en su fergoneta en la puerta de casa (no quiso dormir dentro y eso que le hacía buen precio). Desayunó y nos fuimos a buscar a Diego a su hotel. El trayecto en coche a Caravaca fue entretenido. Diego nos comentó que no había dormido bien debido a una caída de la cama y a los ruidos extraños procedentes de las otras habitaciones (es lo que tienen los picaderos), por mi parte tampoco dormí mucho a causa de los nuevos vecinos estudiantes que no pararon de hablar durante toda la noche, si por lo menos hubieran estado de fiesta me habría parecido hasta bien... El único que durmió mejor, Miguel en su furgo.
Ya en Caravaca buscamos un buen sitio para aparcar y vamos caminando con algo de frío por las bonitas y estrechas calles del casco antiguo en dirección a la Basílica. Saludamos a un señor que deambulaba a esas horas por ahí, nos hacemos unas fotos antes de salir y sin demorarnos mucho ya que hacía bastante fresquito, comenzamos la aventura.
En principio íbamos a hacer alguno que otro más. |
Miguel y yo. Al resto no les conocemos (caballos del vino). |
Dentro del recinto desde el que tomaremos la salida. |
Entrando al recinto. |
Momentos antes de partir. Caravaca de la Cruz, detrás. |
Desde el principio va la cosa como esperaba, o mejor dicho
como no esperaba… Los parciales van saliendo bastante por debajo de 6’ km.,
cuando yo pensaba ir a 6.30 – 7 y encima esta primera parte es casi todo cuesta
arriba. Pero que prisa llevan ?!!..
Llegamos a Cehegín (7.5kms) casi sin darnos cuenta a la vez que una simpática familia que van de paseo en bici y entramos en la parte más bonita del trayecto con bastantes árboles flanqueándonos y cruzando algún que otro túnel. Estos dos siguen con el mismo ritmo, fácil de seguir ahora al principio.
En la parte más bonita. |
Manteniendo las distancias. |
Saliendo de Caravaca por la Alameda. |
Llegamos a Bullas (23kms) en poco más de 2 horas y me despisto un poco entrando por donde no era y teniendo que callejear para volver de nuevo a la vía verde.
Callejeando por Bullas. |
Luciendo la camiseta del Club CxC (gracias Quique) junto a Miguel |
Aunque lo parezca, no íbamos peleaos. |
Cruzamos un nuevo túnel y llegamos a la Ermita del Niño de Mula (37kms) donde parece ser que hay una celebración con gente muy arreglada afuera. Seguimos, atravesamos una carretera y entramos a un bar a repostar, tomar algo y una visita urgente y necesaria al toilette.
Ermita del Niño de Mula. De celebración nosotros también. |
Vamos corriendo y estos dos empiezan a hacerme bullying alejándose poco a poco de mí. Yo tengo algo de experiencia en esto del correr y tengo claro lo que no hay que hacer, seguir su ritmo. Aún queda mucho y conozco muy bien mi cuerpo (son muchos años con el), sigo a lo mío controlándolos en la distancia, además, sé que son buenos chicos y me esperarán (soy el que conoce el camino y llevo el GPS). Cuando se ponen a caminar los alcanzo y cuando volvemos a correr, al ratito vuelve a pasar lo mismo y se alejan de mí unos metros.
Una de estas veces que vamos juntos, pasa a nuestro lado un todo terreno, con un señor muy simpático que se ofrece a llevarnos en el coche (le dijimos que íbamos a Murcia), declinamos amablemente su invitación y seguimos camino. Cruzamos la autovía por debajo de un puente y por carretera entramos en la ciudad de Mula (45kms) otra vez algo desviados del track. Paramos en un bar a reponer agua y nos vamos caminando tranquilamente hasta llegar de nuevo a la vía verde.
En Mula. Nos queda más o menos la mitad. |
Llegando a una casa con ganado nos adelanta otra vez el todo terreno. El señor de antes vive aquí y nos dice que si queremos agua o algo podemos pasar, la verdad es que da gusto que haya gente así, le decimos agradecidamente que no y continuamos. Estamos muy cerquita de Campos del Río (58kms). Subimos pegados a una carretera y entramos en el pueblo, sentándonos en el primer bar que encontramos abierto.
Reponiendo fuerzas. |
Como mira el perrito a Miguel. |
Tomando el aperitivo. |
Cruzando un puentecillo. |
El Siciliano. |
El Madrileño. |
Tocan unos kilómetros cuesta arriba y aquí el calor es más intenso aunque yo voy muy a gusto con una brisilla fresca que nos acompaña. Después de cruzar por la estación abandonada de Los Rodeos, mis casi ya no amigos vuelven a alejarse unos metros (no les vuelvo a invitar), yo sigo con mi ritmo cómodo y en cuanto el camino vuelve a ser falso llano hacia abajo los vuelvo a alcanzar. Llegamos juntos a Alguazas (70kms), entrando de nuevo por un barrio “peculiar”. Necesitamos reponer líquidos pero no encontramos ningún sitio a excepción de un bar en el que no nos atrevemos a entrar por la gente que hay dentro. Al final, unos chavales nos indican donde hay un chino y es donde compramos la bebida y chocolate (esto Diego que tenía antojo). Salimos sanos y salvos de esa zona y de nuevo corriendo cruzamos por un paso elevado la vía del tren hasta que el GPS nos sitúa de nuevo en la vía verde.
Pasando las vías del tren. |
En la mota del río tras cruzar el puente de hierro. |
En Molina de Segura. |
Aprovechando mis conocimientos de la zona, cojo un desvío a la izquierda que va recto en vez de seguir los meandros del río, sabiendo que coincidiré con mis amigos en un cruce más adelante y eso sucede. Salimos a la carretera de la Ribera de Molina para volver de nuevo a la mota unos metros más adelante, pero hay un problema, vamos un poco mal de tiempo y se nos va hacer tarde. Hemos reservado para cenar con la familia y si seguimos por el río llegaríamos con bastante retraso así que les comento a mis compañeros la opción de seguir por esa carretera hasta La Ñora y ahí volver a coger el río ahorrándonos unos 3,5 kilómetros (este río es que da muchas curvas).A Diego, que confiesa que no va muy bien, le parece buena idea. A Miguel, que se le ve muy entero, de hecho parece que va de paseo con sus hijos, también le parece buena idea y eso hacemos, seguir trayecto por esa algo peligrosa carretera sin arcenes y bastantes cuestas.
Atravesamos la A7 por debajo de un puente y tardando algo más de lo esperado entramos por fin en zona habitada. Vamos callejeando buscando el camino más corto de nuevo al río y algún sitio abierto para que Miguel reponga agua. Quedan solo unos 10 kilómetros para llegar a nuestro destino final y de pronto, sucede algo inesperado que nos deja de anonadados.
Diego entra en crisis.
Que dice el tío que abandona, que él se queda aquí. Parece ser que va un pelín tocado y además cree que vamos algo perdidos, agobiándose un poco (precisamente en el lugar que más conozco de todo el recorrido, ya que vivo aquí). Nada, no se le puede convencer de continuar y le digo que todo recto a unos 300 metros está mi casa, que vaya allí y le llevan a su hotel, a mí me gustaría que acabásemos los tres juntos, pero en fin... Y de pronto dice, venga que sigo, y se pone de nuevo a correr . Italianos…(menos mal que Miguel estaba avisado de como era Diego)
Pues nada, a seguir. Y bajando por la calle Mayor, llegamos a la bonita y antigua Noria de La Ñora y un poquito después al río, justo cuando mi GPS se queda sin batería (83.75 kms).
La rueda de La Ñora. Siglo XV |
Estos dos se alejan un poco de mí, la verdad es que con lo que queda podría apretar y engancharme a ellos si no fuera por los aquiles que me están matando, prefiriendo llevar un ritmo más tranquilo. Voy sin luz pero no tengo problema, habré hecho este recorrido miles de millones de veces y me lo conozco bastante bien. Me acerco de nuevo a mis compañeros. Diego pide disculpas por lo de antes y le decimos que no pasa nada, que a todos nos ha pasado una crisis así (esto es mentira pero es lo que se suele decir). El carril tiene marcado los kilómetros y se puede ver lo que va quedando, en mi caso no necesito mirar para saberlo. A unos 3kms, de nuestra llegada se puede ver al fondo la majestuosa torre de la Catedral iluminada, nuestro destino final. Las casas que bordean el río empiezan a aparecer, señal de que estamos llegando, queda una curva a la derecha y otra a la izquierda, el ruido de la autovía a Cartagena también se empieza a escuchar.
Comenzamos el tramo de Murcia Río con la ciudad al fondo. Entramos en sus calles, cruzamos el Puente de los Peligros, pasamos por el lateral del Ayuntamiento y entramos en la Plaza del Cardenal Belluga con la imponente Catedral en el centro.
Objetivo conseguido. E inmortalizamos el momento con unas fotos que nos hace una amable señorita y sin perder tiempo nos vamos al hotel de Diego, que aunque está a menos de 2 kilómetros, decidimos ir en taxi (era porque llegábamos tarde, no porque estuvieramos cansados).
Objetivo cumplido. |
De cena, poniendo fin a un perfecto día. |
Abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario